jueves, 19 de febrero de 2009
CURIOSIDADES Y DATOS GEOGRÁFICOS Y ESTADÍSTICOS SOBRE OSAKA
miércoles, 18 de febrero de 2009
EL MEJOR MINISTRO DE ECONOMÍA DE LA HISTORIA
El mismo día en que se anunciaba la peor recisión en Japón prácticamente desde que hay registros. Básicamente no creo que sea culpa de este señor y tampoco me alegro de la crisis. El capitalismo es pésimo en todas partes, y como llevo diciendo en el Chino Muerto, la peor amenaza para la raza humana, ahora que Ramoncín ya no se dedica a la música.
Pero mientras el capitalismo occidental, especialmente el que tiene su centro en Londres, y también el norteamericano (y no digamos ya el valenciano), han degenerado hasta convertirse ya en un fenómeno esencialmente especulativo y parasitario; pues no producen nada útil y centran su estrategia en dominar los medios para utilizarlos para convencer a la gente para que deje de practicar actividades que sirven para algo y se dedique simplemente a comprar cosas que carecen totalmente de utilidad, el capitalismo japonés intenta siempre inventar cosas que sirvan de algo, que añadan nuevo positivo a la vida de las personas y que triunfe así en los mercados de todo el mundo.
Se trata de ideas sencillas pero geniales, como por ejemplo de las nuevas consolas de Nintendo, que en vez de centrarse sólamente en juegos incluyen programas educativos que ayudan a las personas a conseguir sus objetivos en la vida, como aprender idiomas, saber las rutas de senderismo que hay en una comarca determinada, superar un complicado examen de acceso a la universiad, aprender a hacer pizzetillas tan bien como el Profeta Azul, o confeccionar sandwiches británicos.
Ideas sencillas y geniales como fabricar coches no más grandes y más ruidosos sino coches que gastan menos gasolina y se estropean menos; duchas en las que te puedes duchar sentado; latas de sake que puede ser comprada en cualquier tienda de la esquina por menos de un euro y bebidas tranquilamente en la calle al volver del trabajo; corrientes de agua medicinal que fluyen por debajo de la tierra a temperaturas elevadas y que salen a la superficie en el centro de la ciudad para que puedas meter tus pies o tu cuerpo entero cuando vas pirulando por la calle muerto de frío; un tren como el Shinkansen que comunica las mayoría de las ciudades importantes del país con la frecuencia y puntualidad de una línea de metro; mi diccionario electrónico inglés-español-japonés al que incluso le puedes dibujar directamente los kanjis y te los traduce; o candados como los de las bicicletas niponas, que van incorporados en el diseño de la bici y que por lo tanto no se quedan amarrados a una farola cuando ésta es robada.
Los capitalistas japoneses invierten gran parte de sus edificios no en comprar coches de empresa como en España ni por supuesto en jets privados como los "nuevos dioses" de las finanzas americanas sino en investigar para crear productos nuevos con los que vender más que sus rivales.
Pero el caso es que debido a la crisis internacional, la economía japonesa se está yendo a pique, pero mientras en Europa y Estados Unidos la crisis se debe simplemente a la avaricia y a la estupidez no sólo de los propios capitalistas sino también de la gente en general, en Japón el problema es que la gente de los otros países ya no tiene pasta para comprar nintendos ni toyotas, así que mientras que el futuro de Europa es el de convertirse en un mero parque temático para los turistas rusos y chinos, en Japón acabarán fabricando productos que puedan servir de algo a quien sea que tenga la pasta en el futuro, por lo que supongo que a la larga les irá mejor.
Pues ocurre que, el mismo día que se comunican los peores resultados económicos japoneses de la historia moderna, aparece el ministro totalmente doblado en una cumbre internacional de los países más ricos del planeta. Sencillamente genial. Es de esas cosas que hacen a uno sentirse orgullo de haberse vuelto japonés.
Aunque Rie me explicó que desde hace tiempo ya se sabía que ese ministro es aficionado al sake, y que ha aparecido varias veces chumando en ocasiones conmemorativas, la excusa de que había tomado pastillas que le habían hecho efecto al ser mezcladas con el vino de la cena es una excusa tan estúpida y pueril que probablemente sea cierta.
Me estaba dando cuenta que la presencia del alcohol se hace presente en todos los ámbitos. Por ejemplo, en el libro que se estudia en mi escuela para aprender el vocabulario, cada capítulo va dedicado a una temática distinta de la vida cotidiana en Japón, y durante ese capítulo se aprenden las palabras relacionadas con tal o cual tema, como por ejemplo, las tareas domésticas o la cocina, siempre en un tono neutro y más bien amariconado, protagonizado por unos muñecos bastante infantiloides. Pues bien, uno de los capitulos que más sorprende de ese libro es que hay un tema dedicado a las tajas.
Después de varios capitulos anodinos sobre el jardín, la naturaleza y los trenes, los protagonistas organizan una taja en casa. No una fiesta normal en la que entre otras cosas se consuman unas cuantas cervezas sino, una taja de verdad, lo que se dice "beber por beber", beber para tajarse. En ese tema se presenta todo el vocabulario propio de estas ocasionas, e incluso de la mano de uno de los protagonistas, que está apoyado en la barra con cara de encontrarse a punto de vomitar, podemos aprender cómo se dicen en japonés tirar la cerveza al suelo, estar mareado, estar dobaldo, tener resaca, y todo el vocabulario típico de las tajas.
En otra ocasión, en la clase de gramática, entre las típicas frases solo para aprender que aparecen en el manual que estudiamos a diario, frases del tipo: "Matsumotosan da un CD a Tanakasan". "Tanakasan recibe un CD de Matsumotosan", etcétera, descubro que no sólo el ministro de economía, sino también el Matsumotosan de los ejemplos políticamente correctos también se dobla. Y no sólo eso !se suele beber más de 20 cervezas en cada taja! La frase en cuestión era:
-¿Sólo 20 cervezas? Matsumoto se suele beber más de 20.
Con lo que ya hay dos tipos aparentemente anodinos que de repente me caen bien.
Las siguientes fotos son de la quema de la montaña de Wakakusayama, festival que se celebra cada año en Nara, maravillosa ciudad habitada por ciervos que deambulan libremente por sus jardines públicos, y antigua capital japonesa que cuenta con ocho edificios patrimonio de la Humanidad, a sólo 45 minutos en tren de Osaka. Dentro de poco haré un reportaje sobre mi Comunidad Autónoma, sin duda una de las mejores del mundo.
lunes, 2 de febrero de 2009
PAPEOS EN JAPÓN (PRIMERA PARTE)
También hay que destacar que la cerveza Strong que bebo -porque por el mismo precio de una chela normal taja casi el doble porque tiene 7 grados-, acaba de sacar una versión cero, que paradójicamente no es cero de alcohol sino de azúcar, pues de alcohol es todavía más strong que la anterior, ( ahora 8 grados ). El único pero es que la strong cuesta nueves yenes más, 148 frente a los 139 de la strong normal, y está igual de asquerosa, así que invito a los lectores a que resuelvan esa sencilla ecuación y me digan si me sale más rentable, en cuanto a unidades de alcohol por yen invertido, tajarme con la strong cero o con la strong normal. Entre los acertantes sortearemos una strong. En serio.
Los papeos. Parte de la parte de la belleza de un viaje a Japón es la calidad de sus papeos. Y no sólo es un placer la gran cantidad de sabores y texturas inimaginadas que se van descubriendo en cada momento (de hecho hay veces que ni siquiera sabes si lo que estas comiendo es carne, pescado o verdura, pero siempre está todo de maravilla). Otro de los grandes placeres es la gran variedad y calidad de tugurios es los que estos papeos son degustados. Mucha gente tendrá la imagen de Japón como un país elegante y refinado. Lo que nadie se imagina es que en realidad los sitios de papeo y chumeo de Japón, por lo menos en Osaka, son en su mayoría auténticos antros.
Se trata de un ejemplo extremo, pero ni mucho menos aislado (de hecho sitios como este están por todas partes, en especial dentro de las estaciones de tren), en el que por falta de espacio incluso las puertas han sido suprimidas y las paredes sustituidas por cortinas que aseguran un mínimo de privacidad en medio del maremágnum. Por cierto, dentro de las estaciones de tren, como se aprecia ligeramente en la fotografía, peatones circulan por la izquierda y a toda velocidad, con lo cual a veces meterte en un antro de este tipo o cambiar de sentido porque sí es tan complicado como cuando vas en coche. De hecho, al describir trayectorias aparentemente absurdas y hacer paradas inesperadas suelo porvocar choques entre los que vienen detrás de mí, cosa que Rie siempre me recrimina pero quie me cuesta evitar.
Aunque en la mayoría de los restaurantes sí que puedes sentarte, la amplitud suele ser parecida al de la fotografía. Además, la cocina y la barra no están separadas sino que forman un espacio único, de reducido tamaño, justo delante de los comensales, que pueden contemplar perfectamente como su comida es preparada delante de sus narices.
Nada comparable en las noches de invierno a meterse en un cualquier antro de Osaka y disfrutar por un precio siempre asequible de la maravillosa cocina japonesa, que se sirve casi hirviendo y que se acompaña en todos los casos de vasos de agua fresquita o té caliente; los cuales, a su vez, se ofrecen gratuitamente (no como esos restaurantes españoles ladrones que parece que vivan de las bebidas que venden a precios abusivos).
Además, la variedad y riqueza de la comida de este país es inimaginable. Para los que tengan la imagen estúpida de que en Japón se come sólo pescado crudo, basta decir que la japonesa es considerada como la más variada del mundo. Y no sólo eso, sino que también, como los japoneses son expertos en copiar inventos extranjeros (los palillos japos son una copia de los palillos chinos, pero al acabar en punta, mucho más fáciles de manejar; los teléfonos móviles son un invento finlandes al que los japos añadieron las chorraditas de la cámara, etc. y así sucesivamente...) la mayoría de los más conocidos platos europeos y mundiales están disponibles es Japón a una calidad más que aceptable.
Esa es otra, al contrario que naciones sin apenas cultura propia como la británica, que cuando adaptan comidas extranjeras demuestran siempre una brutal falta de tacto, los japos adaptan la comida extranjera de manera bastante respetuosa. Hace poco comí en un italiano del centro con Rie, y mientras los rascacielos de alrededor eran verdaderas horteradas sin gusto, y la galería comercial subterránea en la que estaba ubicado tenía el suelo empedrado como para hacer creer que se trataba del centro histórico de una ciudad europea, la pizza estaba tan buena como cualquier restaurante de Valencia (y mucho más barata). Y no había ninguna burrada tipo pizza de sushi o de washabi, mientras que los anglosajones han hecho atrocidades no sólo en los países a los que han brutalmente invadido y colonizado, sino también en su propio territorio con ejemplos como la pizza de barbacoa o la de curri. (La única cosa que he encontrado parecida en Japón es el bocadillo de tallarines, pero por ahora sólo lo he visto en alguna estantería aíslada del supermercado y no se lo he visto comer a nadie ).
A diferencia de España, donde los restaurantes ofrecen siempre cierta variedad de comida, cada lugar se especializa en cuatro o cinco variaciones sobre el mismo tema, con lo cual hacen pocas cosas pero muy bien y barato. En la segunda parte del artículo sobre tugurios japones ofreceremos una pequeña descripción de cada uno de los tipos que existen. El único pero de esos lugares es que, mientras la calidad es generalmente altísima, la cantidad suele ser bastante justa, como el precio es reducido siempre puedes pedir el doble para disfrutar de verdad y reventar como un cerdo.