ADVERTENCIA: Si lo único que te interesa de Japón son los tebeos, los videojuegos y los teléfonos móviles, ya puedes ir alejando tu desagradable trasero de este blog, porque no eres en absoluto bien recibido. Este es un blog sobre pordioseros, edificios asquerosos, viejas con forma de ele y resacas brutales con sake de pésima calidad.

lunes, 4 de enero de 2010

AÑO NUEVO EN JAPÓN

El día 2 de enero, tal como manda la tradición japonesa, fuimos al santuario sintoísta a pedir favores a las deidades locales. Los santuarios sinto son construcciones misteriosas, a veces tan sencillas que sólo constan de un simple altar, otras veces un poco más complicadas, pero siempre en buena comunión con la naturaleza. Están en casi en cualquier punto del país, ya que sirven para honrar a las incontables divinidades japonesas de la naturaleza (por ejemplo, un río, una montaña, un bosque, un curso de agua, una gran roca), esas divinidades en las que creían la mayoría de los japoneses antes de la imposición del actual régimen proamericano.

Lugares siempre enigmáticos, especialmente por la tarde, y no digamos por la noche. Sobretodo todo los que se encuentran en las montañas, que pueden llegar a dar bastante miedo. Y aunque es una atmósfera diferente, tambiénme resultan especialmente  fascinantes son los que se hallan en las grandes ciudades, remansos de misterio ocultos entre las luces de neón y  los hostiles rascatas. Otro día haré un reportaje fotográfico con mis santuarios shinto  preferidos.
Nosotros fuimos al santuario de Ishikiri que se encuentra en Osaka este, el barrio de Rie. Es un santuario nada turístico y más bien cochambroso, en uno de los suburbios más grises y feos de la periferia de una ciudad ya de por sí horrible y asquerosa como Osaka. La cuesta empinada que lleva desde la estación al propio recinto es una estrecha y oxidada callejuela a cuyos lados se apretujan tiendas de artesanía y comida de barrio que llevan abiertas décadas, tiendas que conviven con una cantidad sorprendentemente alta de locales en los que se practica la adivinación y donde las hechiceras leen desde hace décadas un montón de manos, probablemente de gente cuyas vidas fueron destrozadas por décadas de abusos gubernamentales.

El recorrido pasa también por varios santuarios menores, embutidos entre las casas de chatarra, en los que se veneran estatuas de dioses que conceden favores especiales y que curan enfermedades raras. Ello hace que se mezcle, junto con los habituales raterillos y gente sospechosa habitual en este tipo de suburbios,  una turba de arrabal compuesta por  tullidos, enfermos, viejas y tipos supersticiosos en general venidos desde varios puntos del país. El resultado es una atmósfera un tanto paranoica que me hubiera gustado mostrar en fotos, pero no llevamos la cámara ese día. Además estaba la sensación Blade Runner tan típica de tantas ciudades asiáticas, pese que en ese barrio el neón apenas hacía acto de presencia. (Si bien, como Ishikiri está en la ladera de una montaña al este de la ciudad, las vistas nocturnas sobre el centros son espectaculares) Una especie de Osaka profunda y misteriosa, como un cerro de Caracas del futuro, perfecto escenario para una novela de vampiros mezclados con pordioseros, novela que quizás un día me de por escribir.

Al llegar al santuario en sí, bebiendo saque hirviendo para combatir el duro viento que en aquella noche de invierno sin recato flagelaba nuestras carnes, aparecieron las aglomeraciones propiamente dichas, así como las sacerdotisas sinto, con sus ropas estilo Star Treck, que me resultan siempre tan adorables. Compramos el papelito, al hermano de Rie le salió un año chungo, a Rie un año decente. A mí, por segundo año consecutivo: 大喜.

El kanji de la izquierda significa grande. El de la derecha feliz. Gran felicidad, por lo tanto. Lo que implica que va a ser un gran año para mí y para ustedes puede que no tanto. Los 100 yenes que me costó el papelito son una de las mejores inversiones de mi vida.

4 comentarios:

unión dijo...

¡joder macho que chiripa!

Elvar dijo...

Últimamente las divinidades japonesas se están portando muy bien. De las clases a 3000 pesetas japonesas la horas ya tengo 4 alumnos y aumentando, y ayer conocí a un viejo que quiere abrir un bar de tapas en Osaka y me quiere de hombre de confianza. Preparo también otras sorpresas.

Makazi dijo...

jolin si ya no nos cuentas nada como nos vamos a enterar de las noticias ... Su año sera genial porque va a recibir mi visita claramente tiene que ser por eso :P

El profeta Azul dijo...

Oiga, lo del bar de tapas ya lo dije yo hace mucho tiempo, por halgo fui nombrado por el club bildemberg como el profeta azul.
En un futuro bastante lejano si pone una sucursal de su imperio en kamagasaki me pasare un par de dias a comer unas tapitas haciendo escala para ir a china, aqui la profesia:

http://humorazulado.blogspot.com/2008/10/llegada-del-chino-muerto-japon.html