Uno de los barrios más interesantes de Osaka para ver pordioseros es el de Tennoji, un sitio que descubrí por casualidad ya el tercer día de mi estancia en Japón y que es una auténtica delicia para aquellos que somos aficionados a disfrutar de la contemplación de estos pobres seres. (Nota del editor: las insensibles y frívolas opiniones expresadas por el autor de este artículo pertenecen exclusivamente al autor de este artículo y no reflejan la verdadera opinión del autor de este artículo, cuyas verdaderas opiniones están reflejadas en un artículo de otro autor. Los abogados del autor de este artículo nos han confirmado que el autor de este artículo en realidad se siente apenado por la triste realidad cotidiana de los que carecen de una casa, y culpa a la crisis mundial creada por Zapatero de la existencia de tantos pordioseros en Osaka.)

Pero volviendo al tema de los pordioseros, uno de los secretos del éxito del sistema educativo japonés es que los niños son llevados de excursión a Tennjoji, desde la más tierna infancia, para intimidarles con la contemplacíón de lo que podrían convertirse si ya desde pequeños deciden no seguir las bondadosas órdenes de la señorita Pepis.

En Japón he visto por primera vez un tipo de mendigo que se hace pasar por basurero para recoger ellos mismos los desperdicios de más calidad. Y es que, la famosa competitividad del mercado laboral y de la economía japonesa, se reproducen también en otros ámbitos de la vida de esa nación.
Para finalizar el reportaje, nada mejor que un paseo por Shin Sekai, un lugar muy cercano a Tennoji cuyo nombre quiere decir "Nuevo Mundo".
Resulta que ese lugar surgió en los primeros años del siglo XX alrededor de una torre estilo Torre Eiffel que en su momento era el edificio más alto de Osaka. Esa construcción fue un hito tecnológico en su momento, y junto a las tiendas de alrededor, en las que a menudo se exponían los más sorprendentes inventos y las nuevas tecnologías que por aquel entonces llegaban a Japón desde Norteamérica, hizo furor entre los habitantes de Osaka, que llegaban a esta zona de la ciudad dispuestos a sumergirse en la vorágine de ese nuevo mundo.
Pues bien, hoy Shin Sekai es un lugar que el tiempo parece haber olvidado. El colorido de estas fotografías se debe a que mi cámara está estropeada y sólo funciona en modo pictórico, que es una función de la cámara que acentúa los colores para darle a las fotografías un toque pintoresco. Hoy en día éste es uno de los barrios más decadentes de Osaka, y sus polvorientos callejones albergan los más sórdidos recreativos, fritangas y tugurios que uno pueda imaginar, con gran cantidad de individuos siniestros deambulando por sus calles en actitud sospechosa. De hecho, se considera que los índices de delincuencia de esta zona son los más altos del país nipón, aunque ello sea probablemente equivalente a los índices de delincuencia de un barrio normal de Valencia.