ADVERTENCIA: Si lo único que te interesa de Japón son los tebeos, los videojuegos y los teléfonos móviles, ya puedes ir alejando tu desagradable trasero de este blog, porque no eres en absoluto bien recibido. Este es un blog sobre pordioseros, edificios asquerosos, viejas con forma de ele y resacas brutales con sake de pésima calidad.

lunes, 31 de agosto de 2009

CAMBIO DE GOBIERNO EN JAPÓN

Disfrutando de una hermosa resaca estival porque la taja de translación de anoche se nos fue de las manos, seguimos con el blog, (ya con un solo lector, pero de máxima calidad), para hacer un análisis de las elecciones de ayer y del cambio de partido en el poder, el segundo que se produce en Japón en los últimos 74 años.

Tratándose de un país tan poco interesante y donde nunca ocurren cosas raras, las eleciones y la camapaña electoral japoneses tampoco tienen apenas nada reseñable, aunque yo siempre recomiendo sentarse un domingo por la mañana en la plaza del barrio, con unas cuántas latas de strong en la mochila, para ver como los distintos candidatos locales de cada partido van apareciendo con micrófono o megáfono en mano para taladrar con sus robóticos discursos a los ciudadanos, quienes a su vez suelen ignorarlos por completo. Este año también se ha puesto de moda que todos los miembros de un partido determinado se vistan con uniforme ciclista del color de su grupo y salgan a pirular en bici por el barrio, presentándose en voz alta al paso a cada vieja que se cruzan en el shotengai.

Decíamos que esta vez hay un cambio de siglas en el poder, porque en Japón también funciona el sistema PPPSOE pero con tres miembros en vez de dos. El partido Liberal le deja el paso al Liberal Democrático, lo cual no significa ningún cambio de políticas pues, igual que en cualquier país del llamado mundo libre, en Japón todo está decidido de antemano y los partidos principales no son sino títeres de las grandes empresas, que este país ejercen el poder de manera totalmente abusiva y descarada.

Dejan el poder los Liberales Democráticos, que representan los intereses de la clase empresarial y de la élite pro yanqui en el poder, con un presidente semianalfabeto que tenía un índice de aprobación de más o menos el diez por ciento y que pertenece a una de las familias más adineradas del país, (de hecho ocho familiares suyos ya habían sido presidentes y muchos lo serán en el futuro si no media una revolución). La gestión de Aso ha sido desastrosa, aunque no tanto como el fatídico Koizumi (Pequeño Manantial), de su mismo partido, cuya política se limitó a la privatización psicótica de toda empresa pública que cogía por medio, lo cual llevó a millones de japoneses directamente a la indingencia y sumió a Japón ya no dólo en la decadencia espiritual, moral y social en la que se encontraba ya antes, sino también en el camino de la decadencia macroeconómica.

Ávidos córvidos, negros
ojos huecos, tumbas vanas;
hoscos lebreles crueles,
cínicas telas de araña...

Las únicas medidas de Aso al respecto de los profundos problemas que aquejan a la sociedad japonesa actual han sido forzar continuos enfrentamientos innecesarios con Corea del Norte para tener otro tema del que hablar y distraer la atención. La campaña electoral de este partido ha sido pésima, tratando como bebés a los ciudadanos al presentarse como el único partido capaz de "cuidar" a los japoneses ante la gran amenaza, (en realidad ficticia), de Corea. Han pasado de más de 300 diputados a unos ciento y pocos, uno de los mayores descalabros de la historia para un partido de gobierno en cualquier país del mundo.

Nuevo Primer Ministro el señor Hatoyama (Paloma Montaña), del Democrático a secas(vaya nombres), una escisión noventera del Liberal mojado que ha anunciado gran cambio pero que pondrá en marcha políticas muy parecidas al del gobierno anterior. Puies igual que Aso, Paloma Montaña es un multibillonario de derechas que viene de otra de las familias más influyentes de Japón, aunque Paloma Montaña sólo tiene 3 ex primeros ministros en su familia y no 9 como su predecesor. Además, la mayoría de los miembros de su partido estuvieron en el pasado en el otro y piensan igual, y el partido, igual que el que hasta ahora estaba gobernando, se financia con donaciones de la gran industria. Los liberales demócratas arrasan, pasando de poco más de cien escaños a más de 300, aunque la mayoría de los japoneses no están de acuerdo con su política, ha sido básicamente un voto de castigo. En particular, al ver a Paloma Montaña sin volumen solo me parece ver miedo en sus ojos, creo notar que es un tipo con temor a fallar porque representa los intereses de otros más fuerte él que lo tienen reo y además esconde grandes secretos, un pasado lleno de actos malvados, ruines y cobardes.

El tercer partido de Japón, y el segundo de los grandes derrotados de estas elecciones, perdiendo también un montón de escaños incluso en sus feudos tradicionales, es el Komeito (new Komeito en inglés), el Nuevo Partido de la Claridad Pública, si se puede traducir de alguna forma nombre tan aberrante. Partido tan prescindible como los dos anteriores y que estaba hasta ahora en el gobierno en coalición con los liberales. El Komeitito es otro partido de derechas con el matiz de que representa los intereses de cierta secta del budismo en Japón. En estas elecciones vinieron un montón de voluntarios de todo Japón a Kansai, baluarte de este partido, para ayudar en la campaña de sus peces gordos, con poco éxito. No paran de afirmar que su objetivo es gobernar para todos y no para el budismo; si eso es verdad es un partido totalmente rebundante pues ya hay dos partodos conservadores con representación parlamentaria (a mi entender uno es demasiado, lo ideal es uno solo pero con poca representación). Y además, yo estoy convencido (aunque por ahora carezco de pruebas), de que la mayoría de los budistas japoneses son paramilitares ultraderechistas como el Dalai Lama, que simplemente parecen tipos tranquilos y a los que parece que les gusta meditar pero en realidad sólo están esperando el momento oportuno para alzarse en armas.

En cuarto lugar está el único partido de verdad de Japón, el PCJ, pese a que se han moderado un poco en los últimos años con el carismático señor Shii, (con su cara de tontaina pero discursos de gran inteligencia) un tipo que va cada tiempo a Toyota para pedirles que dejen de expulsar a gente a vivir al parque. El programa de este partido es el único que propone políticas concretas a problemas concretos, y además son los únicos que se oponen al despliegue de tropas japonesas a la presencia de bases yanquis (igual que Irak y Afganistán, Japón está bajo ocupación imperial), y al permanente hostigamiento a Corea. El PCP aboga por una transición al comunismo gradual y respetando escrupulosamente la democracia formal al estilo Chávez. Si llegaran al poder, lo primero que harían es que la sanidad pública fuera gratis por lo menos para niños y ancianos, aunque a medio plazo pretende conseguir derechos para los japoneses similares a los que disfrutan los europeos (vacaciones de al menos un mes, educación y sanidad gratis para todos). Tienden por lo tanto, estrictamente hablando, más a la socialdemocracia bien entendida que al comunismo estricto, si bien socialdemocracia en un país ocupado por el ejército yanqui invasor ya es un avznce.

Aunque son el partido que más ha visto crecer el prestigio y el número de afiliados por cada vez más japoneses, se quedan con los mismos nueve escaños que ya tenían. Les han perjudicado lo terminos bipartidistas en los que se han planteado las elecciones (IU estuvo a punto de desaparecer del mapa en una coyuntura así), así como el sistema japonés en las que casi todas las circunscripciones son de parlamentario único, lo que significa que aunque han quedado tercero en muchas de ellas y como mínimo cuarto en casi todas, se quedan fuera porque sólo gana uno). De todas formas, veo bien al PCJ en el futuro porque se han concentrado en trabajar a nivel local y tienen sedes en todos los barrios trabando para ayudar a toda la gente con problemas que el gobierno se niega a ayudar al margen de suministras cerveza fresquita a precio razonable 24 horas al día en los convinis. Y además, en cuanto los japos vayan comprobando que los Liberales democratiquitos son un fraude y que van a seguir con las políticas pro yanquis que llevan al país a la deriva junto a la nave principal, entonces se daran cuenta que la única opción, como en todas partes, es un partido de izquierda fuerte, coherente y sin remilgos.

miércoles, 19 de agosto de 2009

UN PAÍS NORMAL

japon sin ninguna duda es el pais mas occidentalizado y menos exotico de asia, yo resumiria sus "rarezas" en el manga, la servidumbre de la gente, el abuso publicitario, el porno y el ultraconsumismo, ya esta, no tiene mas.

Es normal que un taxista viejo en traje y pajarita pare el taxi en una esquina del centro y se ponga a orinar tranquilamente en la pared; es normal que haya más bicis que coches en las ciudades, y que en algunas ciudades paseen ciervos por el centro; es normal que en muchos sitios vendan el café al doble de precio que un bocadillo; es normal ir a visitar un país que no es interesante y hacer más de tres mil fotografías.

Es normal que hasta el interior más pequeño autobús de barrio sea más ruidoso que un aeropuerto británico; es normal estar nadando en una piscina pública entre yakuzas y viejas y que de repente todo el mundo salga del agua para practicar los cinco minutos de gimnasia que son obligatorios cada hora en todas las piscinas públicas; es normal que haya yakuzas y que a veces les falten dedos, es normal que en incluso el parque más pequeño tenga al menos un mendigo propio.

Es normal que un país bajo el yugo del capitalismo norteamericano durante tantas décadas no sólo no haya renunciado a su cultura sino que la siga ampliando en todo momento con aportaciones propias e incluso se la haya impuesto a buena parte del mundo; es normal que haya robots en paro, es normal que los monjes vendan felicidad en los templos; es normal que en época de elecciones, el candidato salga a gritar a los parques con un micrófono o megáfono.

Es normal que desconocidos te regalen cosas por la calle por ser extranjero, que una chica joven que nunca has visto se te acerque para preguntarte si estás soltero y qué plan tienes para esta noche; es normal que en un país haya más de 50 compañías diferentes de tren y más de 10 en una sola ciudad; es normal que una ciudad tenga dos chentros, que otra ciudad no tenga chentro, que otra sea todo chentro y que en otra el chentro rodee la ciudad; es normal que el nacionalismo periférico consista en pelearse para ver qué región es la más auténticamente japonesa de todas.

Es normal que en una ciudad haya un templo de oro y uno de plata; es normal que haya jardines sin vegetación alguna, jardines de arena y jardines de piedra; es normal que la Constitución de un país la haya escrito otro país; es normal que el tercer partido más votado sea una secta religiosa y que haya un partido de la felicidad alcanzable que prometa bajar el IVA al cero por ciento.

Es normal tener que dar vueltas en una estación de tren buscando un sitio vacío para aparcar la bicicleta; es normal ir durmiendo en el tren y despertarte porque un viejo, ante la pasividad de los otros viajeros, te ha tomado por un americano y se dedica a insultarte con argumentos antiyanquis con los que estás absolutamente de acuerdo; es normal ir a un concierto y que te entrevisten para la televisión porque eres el único extranjero que fue al concierto.

Es normal que haya viejas y niñas prostituyéndose en escaparates en un país en el que el paro no llega al 5 por ciento; es normal que haya ancianas con forma de ele; es normal que en un barrio en el que habitan sólo pordioseros y perdedores sea casi imposible que te atraquen. Es normal el pachinko, el sumo, el kabuki, el bunraku y el ukiko-e.

Es normal que haya una comisaría de policías en cada esquina sólo para dar direcciones; es normal que las abuelas vayan a comprar en bicicleta, con un paraguas en una mano y hablando por el móvil; es normal acabar tapándote los oídos porque no aguantas el ruido normal de la ciudad normal a una hora normal; es normal que en las estaciones de tren se oigan tres o cuatro anuncios diferentes a la vez por megafonía.

Es normal que te saluden tipas vestidas de colegialas por la noche, y que un viejo cambie de vagón para hacerse una foto contigo; es normal que en la segunda potencia económica mundial haya gente que vive en una casa hecha con paraguas, o con planchas metálicas, o con trozos de lanchas, o en una casa bicicleta, o en unos lavabos públicos; es normal que en muchos lugares hayan las tiendas de campaña en las que viven mendigos acaben formando pequeños poblados.

Es normal que una tipa que ha estudiado toda su vida inglés en el colegio no sea capaz ni de saludar en ese idioma; es normal que la recpeción de un hotel y todas sus habitaciones se queden abiertas toda la noche; es normal que haya más hoteles por horas que hoteles normales, es normal que los templos se derriben cada 20 años y vuelvan a ser construidos en el mismo sitio y con el mismo diseño.

Es normal comer sobre el cuerpo de una joven desnuda; es normal que exista la tradición de quemar montañas; es normal que haya escuelas para perros y escuelas en las que se aprende durante años como servir el té; es normal que en la mayoría de las familias convivan miembros de 3 o 4 religiones junto ateos sin disputas de ningún tipo; es normal que en los dibujos animados, incluso los infantiles, a las chicas siempre se les vean las bragas.

Es normal que te den de desayunar y de merendar gratis en los supermercados; es normal entrar en una tienda y probar todo el género sin comprar nada; es normal que un idioma se escriba con 4 alfabetos diferentes, a menudo mezclados en la misma frase; es normal que el presidente del gobierno se equivoque a menudo al leer en su propio idioma; es normal que a cualquier sitio que vayas, a cualquier hora, siempre esté lleno de gento.

Es normal comer pescado crudo, o cangrejos gigantes con forma de alien; es normal entrar corriendo desnudo en un templo; es normal que un empresario trajeado se saque de su maletín un tebeo guarro y se ponga a leerlo en el tren a la vista de todos.