ADVERTENCIA: Si lo único que te interesa de Japón son los tebeos, los videojuegos y los teléfonos móviles, ya puedes ir alejando tu desagradable trasero de este blog, porque no eres en absoluto bien recibido. Este es un blog sobre pordioseros, edificios asquerosos, viejas con forma de ele y resacas brutales con sake de pésima calidad.

lunes, 15 de junio de 2009

PEREZA INTELECTUAL

Pereza intelectual. Cada vez estoy más convencido de que la estupidez del 90 por ciento de las personas tiene como razón la pura vagancia. No me refiero a la vagancia física, fundamentada en el principio de conservación de la energía, que a su vez rige a las criaturas en comunión con el medio en el que viven (entre las que no se encuentra el ser humano). Me refiero a la incapacidad de pensar por sí mismo para que la propia vida sea mejor, incluso aunque solo sea para pensar formas de ahorrar energía. Pensar apenas cansa. Sólo después de un esfuerzo intelectual realmente grande se siente el cerebro agotado. Además es gratis. Pero si no se piensa, el cerebro se oxida, y se hace cada vez más imbécil, y uno acaba creyendo todo lo que lee en los periódicos y lo que dice la televisión.

Estos días estoy de exámenes. La mayoría de mis compañeros terminan en 10 minutos exámenes que a mi me cuesta sudor y esfuerzo completar en media hora. En vez de repasarlo un poco, lo terminan enseguida y se quedan mirando a la pared con cara de imbécil. En esos momentos, me entra la paranoia y creo que soy el tonto de la clase por tardar tanto y que me van a suspender; pero luego, cuando devuelven los examenes corregidos, la mayoría de la gente tiene notas pésimas con errores de niño pequeño, errores que se podrían haber evitado pensando sólo un poco, pero eso se la trae totalmente sin cuidado. Cometen los mismos errores de idiota una y otra vez.

La mayoría de mis compañeros (casi todos chinos) son tipos trabajadores, capaces de hacer incluso dos curros a la vez mientras estudian, pero totalmente incapaces de pensar por sí mismos. Últimamente la profesora ha inventado un sistema según el cual se pagan 500 yenes por error estúpido, siempre que sea un fallo tonto y algo que la profesora haya advertido mil veces. Con el dinero de las multas, cuando termine el curso nos iremos de barra libre de papeo y cervezas. Ya se han reunido más de quince mil yenes y yo soy una de las tres personas de un grupo de quince que no han pagado todavía. Algunos han pagado varias veces por el mismo error infantil. Me van a sufragar entre todos una proverbial taja.

El típico individuo que estudia en mi escuela es alguien sin objetivos, ni ideas de ninguna clase, ni motivación en la vida, excepto alguna del tipo "me encantan los juegos de ordenador" o "en el futuro me gustaría tener mi propia tienda de zapatillas adidas y nike". A casi ninguno le gusta la comida japonesa, considerada por los expertos como la más sana, deliciosa y variada del mundo. Todos están descontentos con su vida, pero no hacen nada para cambiarla y van pirulando por ahí con cara de agonía, inexpresivos como zombies, como si su existencia fuera un suplicio (y eso que son jóvenes, si fueran viejos verían). Algunos de ellos no han ido nunca al castillo de Osaka, y la mayoría no han estado en Kyoto ni Nara. Hay un tipo que tiene 24 años y lleva 7 en Osaka estudiando ya en la universidad y jamás ha ido a Nara (a 40 minutos en tren, menos de 10 euros ida y vuelta, 8 edificios patrimonio de la humanidad y más de diez mil ciervos domesticados pululando por libremente por un parque).

Estoy seguro de que muchos de ellos, con veintipico años, no se han tajado en su vida, ni salido jamás con una chica, ni hecho nada ilegal durante toda su juventud. Se pasan el día jugando al hijoputa con sus camisetas del Valencia, aunque si les preguntas sobre el Valencia, no tienen ni idea de qué es porque lo conocen por otro nombre totalmente distinto, adaptado al chino. Los fines de semana practican unas fiestas gays en las que se meten 5 feos sin camiseta en un solo cuarto, juegan a la consola, beben té o zumo y hablan en voz alta como si estuvieran enfadados.

Yo, sin embargo, tengo nuevas ideas para hacer mejor la vida de los seres humanos. En el Chino Muerto propongo algunas soluciones fáciles para temas complicados que la humanidad no acaba de resolver. Tengo la fórmula para solucionar el problema vasco. Para mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Un largo ertcétera. Lo último que se me ha ocurrido es que se debería inventar una chela de 60 o 70 grados de alcohol, una especie de chela definitiva, superstrong, para situaciones extremas, que con sólo una chela pillaras pillaras un coma etílico ahorrando los pasos previos. ¿Piensan los lectores que esa idea sería positiva o creen que la belleza de una taja no está en el resultado en sí sino en el proceso? Sáquenme, por favor, de dudas.

Este fin de he hecho un viaje excelente a un pueblo arrocero tan aislado en las montañas japonesas que conserva gran parte de su cultura intacta desde hace cientos de años. Con los famosos 12.000 yenes de Aso, nos hemos alojado en una de esas pintorescas casas que a los japoneses recuerdan la forma de unas manos rezando, y que ofrecen un menú explusivamente con productos recogidos en el pueblo o en los pueblos de alredededor, como pescado crudo de río (fresquísimo, delicioso), trucha asada en la chimenea tradiconal en medio del salón, sake casero (rico rico), verduras frescas cultivadas por la propia dueña de la casa y el delicioso arroz recogido en los campos de alrededor de la posada. Gokayama. Ya ofreceré un reportaje detallado en futuras ediciones del blog.


Este próximo fin de semana me presento al JLP, examen oficial de japonés que hace el gobierno. Me presento al nivel 2, de 4, siendo el 1 el más elevado y el 4 el más fácil. Si apruebo el 2, cosa que supongo que sí, por los ensayos nucleares que he realizado últimamente, en diciembre me presentaré al nivel 1, el de maestro absoluto del japonés, aunque ese ya es más difícil. En realidad, no me preocupa demasiado, lo que me preocupa es el dolor de mano y de cerebro después de hacer un examen de unas 4 horas de duración. Encima un domingo por la mañana, lo que es sinónimo de una resaca segura. Quiero ser uno de los pocos elegidos que aprueben el examen estando de resaca. O borracho, a lo mejor tendría que beberme unas strong antes de hacer el examen y ver que pasa.

Para acabar, y para contentar al populacho sedieno de carne. En la web de mi escuela, se pueden ver unas fotos de mi clase, incluida una foto en la que se ve un trozo de mi cabeza desde atrás, así como las fotos de mi clase en la última graduación, en marzo. Fotos que no tienen ningún interés, pero que incluyo en respuesta a la avalancha de peticiones registradas últimamente.

ARQUITECTURA JAPONESA MODERNA: OSAKA

"La arquitectura japonesa es de la mejor del mundo, por algo sus arquitectos estan en la vanguardia mundial y muchos arquitecto como yo venimos aqui a APRENDER."

Para disfrutar mejor este artículo, recomendamos leer primero el artículo anterior sobre la arquitectura japonesa tradicional. De esa manera podremos apreciar y entender la extremada falta de calidad de la arquitectura japonesa moderna, probablemente una de las peores del mundo, pese a la gran cantidad de arquitectos japoneses premiados últimamente en certámenes occidentales.


Todas las ciudades japonesas que he visitado hasta ahora, incluso las más turísticas, son prácticamente iguales entre sí. Auténticas junglas de asfalto en las que cualquier criterio de ordenación urbanística brilla totalmente por su ausencia, y todo vestigio de naturaleza parece como si hubiera sido arrancado a propósito por un gobierno de lunáticos. La siguiente fotografía refleja muy bien el aspecto de cualquier barrio de Osaka. Y es que, aparte de su fealdad, otra de las características de estas ciudades es la monotonía de sus paisajes. No hay barrio antiguo, ni barrio moderno, ni barrio elegante, ni barrio marginal. Todo es igual de feo. Más o menos como se ve en la foto, con igual mezcla aleatoria de diversas alturas y colores; con la sola diferencia de que si nos acercamos al centro aumenta la proporción de edificios altos, y en la periferia la proporción de edificios bajos es mayor, resultando en barrios algo más tranquilos, pero dentro de un estilo general que no difiere de lo que se muestra aquí.

Existe en japonés la expresión "tabehoudai", formada de las palabras "tabe" (comer), y "houdai" (libremente). Se utiliza para los típicos restaurantes donde pagas un precio fijo y puedes comer todo lo que te de la gana surante un periodo determinado. Utilizando la palabra "tate", que significa construir, he inventado una palabra japonesa que describe el modelo de urbanismo de la ciudad. "Tatehoudai"

Es el sueño de todos los pepistas radicales zaplanistas. Pegarse un buffet libre de construir, asfaltar sin limitaciones de ningún tipo. Hay un caso en Osaka en que había un pequeño templo de barrio, cerca de Umeda, que entorpecía la construcción de un rascata. Pues bien, a diferencia de lo normal en esta ciudad, a alguien se le ocurrió que había que conservar el edificio antiguo, así que al final el rascata se construyó de todas maneras, alrededor del templo. El templo se mantuvo en pie. Dentro del rascata.

Otra de las carácterísticas de la arquitectura moderna en Japón es el mal gusto. Cada seis o siete manzanas pirulando por el centro de cualquier ciudad, siempre acabamos encontrándonos con el edificio con forma de pera, plátano, hamburguesa, zapatilla, noria o barco pirata.

Finalmente, la presencia de vías de tren por doquier, atravesando el centro a ras de suelo o por encima de este, con mastodónticos scalextrics, feísimos, en las partes en los que se cruzan.


Aunque no sólo eso, sino también por doquier creando tramos urbanos inútiles debajo suyo por allí por donde pasan, y dividiendo de cuajo, degollando, decenas de barrios.

Decíamos que últimamente los arquitectos japoneses ganan premios de arquitectura en occidente, cosa que probablemente confirma mi teoría; los arquitectos japoneses deben de hacer edificios buenos en occidente, pues en Japón son escasísimos los edificios que puedan ser dignos de merecer un premio.

En Osaka sólo hay un rascata que valga la pena. Es el Umeda Sky Building, que ya os mostré estas navidades, cuando subí tajado con Go-san y otros compañeros de casa. Estoy totalmente en contra de los rascatas, edificios insostenibles e innecesarios, reflejo de la especulación y la avaricia que sólo pueden ser construidos en lugares donde existan concentraciones de capital excesivas. No obstante, si tiene que haberlos, los prefiero elegantes y hermosos, como el Sky Biru, que se confunde y mezcla con el cielo y el sol, antes que las horribles pirámides que construye en Valencia Rita Ra.



Hermoso rascata. Pero insistimos en que se trata de una excepción.

Vamos a visitar uno de mis lugares preferidos de la ciudad, y un lugar que por fortuna me queda a biking distance de casa. El Yodogawa. 淀川.El río Yodo. Una gran metáfora para entender la Osaka.


El Yodogawa es el típico sitio para ir los domingos a tomar el fresco, a beber zumo o a practicar cualquier deporte, ya sea sueling, el rolling, o cualquier otro.

Hay que tener una imagen clara del Yodogawa en dos aspectos. Primero hay que quitarse al Turia, al Sena, o al Po de la cabeza; o a cualquier río bien cuidado y flanqueado por jardincitos, bancos, alamedas, vistas románticas, etc. Aunque en algunos tramos cuenta con instalaciones deportivas, Yodogawa, si estuviera en Valencia, París u otra ciudad Europea, no sería sino un río contaminado rodeado de hostiles descampados, semimarginales, al que nadie prestaría ninguna atención. Lo que pasa es que en Osaka, en ausencia de jardines o parques, un descampado es mucho mejor que el puro cemento y por eso el Yodo es un lugar animado y popular.
Otra de las características es su tamaño monstruoso. Sí, nano, por eso se llama el Nilo japonés. Aunque se supone que, desde mi barrio, para llegar al centro basta con cruzar el Yodo, algunos de sus puentes miden más de dos kilómetros de largo, y se tarda más de quince minutos sólo en cruzarlos. Además, entre puente y puente a veces hay dos o tres kilómetros, y algunos puentes son sólo para trenes y no tienen parte peatonal, con lo cual no vale eso de "vamos andando y ya cruzamos por el siguiente puente". No. Tienes que saber específicamente por dónde vas a cruzarlo. Además, entre la ciudad y el Yodo, la transición también es hostil, con autopistas, circuvalaciones decadentes, y la típica parte de abajo de los puentes semimarginal de las pelis yanquis, ambiente tipo Detroit. Así que al final, de mi casa al centro es casi una hora andando.


Otro de los condicionantes de este río es su estética sucia. No sólo la contaminación del río en sí, sino el aire setentero y desgastado de todos sus equipamientos urbanos.


Aparte de eso, es un lugar estupendo para pasar las tardes libres, ir en bicicleta, ver partidos de fútbol o béisbol amateur gratis, o simplemente para disfrutar la arquitectura hostil de sus alrdedores.


Unas cuantas vistas más del río.




Y para finalizar, una parte del reportaje que ciertos lectores, como el Pordiosero o el Profeta, disfrutarán sin duda. Nos referimos, por supuesto, a la vivienda informal, arquitectura popular, uno de los puntos fuertes de Japón. Las típicas casas que, como explicábamos en el ensayo "chatarra capitalista", si estuvieran en Cuba, servirían para criticar a ese país y como testimonio de la victoria del capitalismo frente a cualquier otro sistema. Pero siendo Japón, la segunda economía (todavía) del mundo, ni se nombran.


Algunos de los residentes en estas moradas se han construido fabulosas terracitas con vistas estupendas al Yodo, e incluso verdaderos puertos deportivos, que nada tendrían que envidiar a nuestra querida Copa América.


ARQUITECTURA JAPONESA TRADICIONAL: EL CENTRO HISTÓRICO DE NARA.

De gran simplicidad y belleza, y llena de interesantísimos conceptos aprovechables hoy en día, la arquitecura tradicional es, junto con la gastronomía, una de las mejores contribuciones del pueblo japonés a la herencia común de toda la humanidad; justo lo contrario que la arquitectura japonesa moderna, que constituye un auténtico ataque al ciudadano, un insulto al sentido común, un despropósito estético y un enorme sinsentido ecológico. Aunque sabemos que muchos preferís los reportajes sobre arquitectura hostil, ese reportaje os lo ofreceremos la semana que viene con un recorrido que incluirá lo peorcito de Osaka, paseo que será mucho más apreciado y edisfrutado después del recorrido de hoy por el centro histórico de Nara.

Precisamente ayer, pirulando por otra ciudad antigua japonesa, recibía el quinto regalo de un desconocido desde que llegué a Japón. Hábíamos entrado en una cafetería areguardarnos del calor brutal de esta fechas. El dueño de la cafetería era un músico hippie al que le encataba la música étnica y experimental y contrsuirse sus propios instrumentos; entablamos conversación y al final el tipo me regalo una flauta hecha con una tubería de plástico, que conservaré para siempre junto con la muñeca sin cara, el calzador de bambú, y el collar de estilo prehistórico (el regalo tercero fue una pastilla de chocolate que ya me jalé en su momento).

Al principio me sorprendía con este tipo de regalos inesperados y totalmente inmerecidos, pero esta tarde he estado leyendo la Constitución del Japón, y parece que como extranjero tengo derecho a un obsequio cada mes, y si no lo recibo puedo quejarme a Aso. No se de dónde sale esa medida, supongo que en calidad de reparaciones por la segunda guerra mundial, pues no hay que olvidar que la actual constitución japo la escribieron unos peces gordos de Washington. Aunque a lo mejor me he equivocado al leer los kanjis o solo he leído la constitución en sueños, lo que significaría que ese derecho no existe, y que me dan regalos simplemente por ser un tipo estupendo y por escribir el mejor blog del mundo.

Sin más preámbulos, empezamos un pequeño recorrido por el barrio antiguo de Nara, llamado Naramachi (奈良町). Un lugar no demasiado turístico, al quedar algo alejado de la estación y en la parte menos famosa de Nara Koen, lo que lo mantiene libre de la masificación a la que sí están sometidos otros lugares similares de Japón, como por ejemplo Gion, el barrio de las gheisas, en Kyoto. En el camino a Naramachi hay un estanque que se distingue a la vez por ser uno de los lugares más hermosos de Nara como también por el gran número de pordioseros que lo habitan; algunos, como éste, capaces de construirse incluso una vivienda particular a base de paraguas.
Naramachi no es tan espectacular como Kanazawa o Gion, pero es un lugar agradable para pasear entre machiyas, que son las casas tradicionales urbanas japonesas. Incluso se puede entrar en una gratis. Hasta hace poco, todas las ciudades japonesas, incluso Tokyo yOsaka, estaban formadas casi exclusivamente por edificios de este tipo, pero desafortunadamente, la mayoría de ellas han desaparecido después de decadas de abusos urbanísticos y corrupción, sin olvidar tampoco los bombardeos que sufrió el pueblo japonés en la segunda guerra mundial por causa de las ambiciones imperialistas de la casa imperial y de la élite empresarial del país.

Las casa tradicional japonesa parte del hecho de que en la antigüedad era más difícil refrescar la casa en el tórrido verano japonés que calentarla en invierno. Está construida con materiales ligeros y frescos colocados de manera que incluso la más ligera corriente de aire pueda ser aprovechada, manteniendo a la vez la privacidad en el interior.

Una de las características que me encantan de la arquitectura tradicional japonesa es el uso del espacio vacío como decoración en sí misma, así como el elegante diseño sin adornos, a base de líneas rectas y casi sin muebles.

La típica pareja idiota de recién casados españoles, después de hipotecarse toda su vida por su casa por un precio artificialmente inflado, lo primero que suele hacer cuando a duras penas consigue reunir seiscientos u ochocientos euros, es desperdiciarlos comprándose el sillón perfecto para el salón de su casa, innecesario y aparatoso mamotreto, para enseñar con orgullo a las visitas, que será colocado por supuesto enfrente del Dios de la casa, el cabeza de familia y responsable de la educación de los hijos

Qué bien harían si aprendieran de culturas más avanzadas que la nuestra, como la árabe y la japonesa, utilizando unas sencillas alfombras y cojines o sentándose en el suelo, en vez del innecesario, arisco con el medio ambiente, y absurdamente caro, sillón del salón. Producido además de la madera en Benetúser o Catarroja, ciudades prácticamente en mitad del desierto, sin un árbol a miles de kilómetros a la redonda.

O más barato aún, coger un sillón de la calle, o bien reutilizar taburetes o cajas de los que abandona la gente al lado del contenedor, aunque yo siempre recomiendo el clásico colchón medio reventado.


Con tal escasez de muebles, se soluciona cualquier falta de espacio creando nuevas habitaciones, a base de abrir y cerrar puestas corredizas, en función del uso que sea necesario cada día, otro aspecto genial y tremendamente contemporáneo de la arquitectura japonesa antigua. Suele haber un patio modesto y minúsculo, pero que al ser visible desde casi todas partes, anima el conjunto y le da ese toque de belleza simple que sólo saben conseguir los japoneses. Lo peor de estas casas, la utilización de la madera y no la piedra o el ladrillo, como material constructivo, con los riesgos que ello entraña. De hecho, los incendios hoy en día en las ciudades japonesas siguen siendo sorprendentemente altos, aunque a ello ayuda también la excesiva densidada de población de las ciudades japonesas.


Al terminar esta visita por una casa tradicional de Nara que os muestro en este reportaje, es cuando me regalaron esa muñeca diabólica que ya os enseñé hace tiempo. Cuando tenga la foto en mi ordenata os enseñaré la flauta hecha con una tubería.

Para finalizar, una pequeña alusión a la arquitectura religiosa, también genial, con ese maravilloso Todai-ji, en Nara Koen, reflejado en el estanque. El edificio de madera más grande del mundo y que contiene una de las estatuas de bronce más antiguas y gigantescas de la Tierra.

ESTUDIANDO DURO EN EL DESCANSO ENTRE CLASE Y CLASE Y EL PASEO DE LOS FILÓSOFOS EN KYOTO