A partir de ahí la cosa es simple. Puro sueling y cervecing sobre la hermosa alfombra rosa que forman las hojas de los cerezos al caer, aunque a diferencia del sueling que se practica en Europa, los japoneses gustan de poner plásticos de pordiosero en el suelo en vez de tirarse directamente sobre aquél.
Otro aspecto es que todo este proceso se desarrollo con toda normalidad democrática, sin redadas antibotellón ni ningún tipo de interferencia por parte de los cuerpos de seguridad y represión del estado.
En Osaka, se pueden observar los cerezos en flor en cualquier barrio, pues están en todas partes, por ejemplo este barrio soviético del este de Osaka, cerca de donde vive Ri, que se vuelve algo menos feo en este periodo que por desgracia apenas dura una semana.
Sin embargo, el mejor sitio para ver cerezos en Osaka es Sakuranomiya (桜ノ宮). Sakuranomiya es en una ruta excelente que atraviesa Osaka desde la parte norte hasta el castillo, en el mismo centro. Se trata de una ruta enteramente peatonal de casi diez kilómetros que se puede hacer en bicicleta porque discurre enteramente por un escuálido parque neoyorkino que a su vez sigue un canal desde el río Yodogawa hasta el castillo. Esta ruta es fantástica durante todo el año, entre rascacielos y canales supercontaminados; pero en esta época a la que nos referimos se hace más interesante aún con los cerezos floreciendo a ambos lados del río y una barbaridad de gente haciendo sueling.
Vistas espectaculares desde los puentes. Al fondo, entre rascatas, el castillo de Osaka.
Destacar que estos días hemos estado también en Nara para un concierto de gospel gratis que hacían en un subparque de Nara koen.
Lo bueno de Nara koen es que en un parque tan grande y con tanta historia siempre descubres lugares maravillosos por casualidad, como este precioso estanque con kiosco enmedio en el que beber tus propias chelas, lugar gratuito y no demasiado turístico que no suele aparecer destacado en las guías.
Cuando el asunto de los cerezos se está acabando, los ríos de Nara bajan cubiertos de pétalos de rosa.
Por ejemplo este hermoso río que atraviesa otro bello rincón de Nara Koen.
Al día siguiente estuvimos pirulando en bici y como hacía viento millones de pétalos flotaban a nuestro paso; realmente tratándose de personas tan maravillosas como Ri y yo lo normal es que todo el mundo nos tirara flores en cualquier parte del país y época del año; y que a todas horas nos regalaran bicicletas, televisores, cables, cafeteras, gorras y objetos de cualquier índole.