MERAVELLES DE KANSAI: FUNAOKA ONSEN

Ｙａ　florecen los cerezos en todo Kansai, y Osaka sigue siendo una ciudad horriblemente fea, pero mucho menos que antes. Hasta el más pequeño parque de barrio se llena de japoneses ávidos de disfrutar este hermoso fenómeno de la naturaleza con sus compañeros de trabajo, familia, jefes, amigos, amantes o abuelos, en perfecto ejercicio de sus libertadades democráticas en medio del hostil, contaminado y supercapitalista paisaje urbano de la ciudad; y siempre en perfecta convivencia con los pordioseros nativos de cada parque; organizando con total libertad barabacoas, picnics, cervecing, botellón, simple sueling, béisbol, badmintong o lo que les plazca.

Todo un ejemplo de libertad y coexistencia pacífica impensable en un país como la Monarquía Bananera, donde este tipo de muestras espontáneas de alegría del pueblo son perseguidas cada vez con más ahínco por alcaldes y presidentes del gobierno o de la generalitat de todos los signos.

Cuando tenga las fotos ya dedicaremos al sakureo de este año el reportaje correspondiente, ahora mismo vamos a proseguir el coleccionable "meravelles de Kansai" con otro lugar excelente para visitar sobretodo en la época en la que hace frío.

Kyoto, al contrario que Madrid, pero al igual que París y Londres es una ciudad ilimitada, con decenas de centros históricos y cientos de parques, templos, museos y monumentos interesantes; de hecho se dice que se necesitan varios años viviendo en la ciudad y haciendo excursiones cada fin de semana a un sitio diferente sin salir de la ciudad, para poder conocerla a fondo.

Es una de las cinco ciudades del mundo que más turistas reciben al año junto con París, Roma, etc.. Ello se debe a su varieda oferta cultural y monumental, pero también al hecho de estar más bien en el centro de Japón (líder mundial en fealdad urbana) y en una región superpoblada como Kansai, por lo cual sus decenas de estaciones de tren reciben una gran afluencia de gente cada finde.

Kyoto cuenta con cientos de "meravelles"dignas de figurar en este blog, pero hoy quería hablaros de una que no es apenas turística ni suele aparecer en las guías, y suele ser utilizada más por los propios habitantes de Kyoto que por los millones de domingueros que la visitan.

Se trata de Funaoka onsen (船岡温泉）, uno de los onsen más antiguos de Kyoto, y otro de esos lugares sorprendentes y espectaculares de Japón que se esconden detrás de una fachada aparentemente trivialar y anodina.

De hecho stá situado enfrente de una vulgar tienda de convivencia en un tranquilo distrito de clase trabajadora del norte de la ciudad, en una calle estrecha de un barrio por el que apenas circulan coches y que es todo un prodigio de arquitectura popular; pues en sus callejuelas se alternan las tradicionales casas japonesas de madera de diseño tradicional junto con las tradicionales casas modernas construidas a base de persianas oxidadas recicladas libremente, todo ello junto con algún bloque de apartamentos de hormigón no demasiado feo para ser Japón.

Pagamos la entrada, relativamente barata, y que nos permite quedarnos dentro todo el tiempo que nos apetezca, (410Y) al viejo que hay en la puerta, dejamos las zapatillas y entramos en los vestuarios del onsen. Se trata de una hermosa sala decorada con cerámica tradicional en la que destacan los artesonados, que datan de la época en que Japón invadió China antes de la segunda guerra mundial,y que labrados con gran pericia en madera de altísima calidad, muestran con idisimulado orgullo a unos conquistadores japoneses haciendo trabajar a un grupo de esclavos chinos literalmente a base de latigazos.

Es bastante sorprendente, y una de esas rarezas típicas de Japón que esos artesonados no hayan sido retirados, más hoy en día que la población de estudiantes y trabajadores chinos en cualquier ciudad o pueblo de este país es considerablemente alta.

En cuanto a los baños en sí, más que un baño sólo, o uno interior y uno exterior que es lo típico, Funaoka onsen es casi un pequeño parque de atracciones en el que nos podemos pasar el día entero cambiando de uno a otro. Tenemos el baño medicinal, el de alta temperatura, el eléctrico, el frío, el de madera de ciprés, el de masaje de agua, el baño al aire libre, la suana, etc. El problema de los onsen es normalmente que después de unos primero cinco minutos de relajación y bienestar extremo acabas muriéndote de calor y saliendo a los quince minutos, con lo cual te quedas con la sensación de que no has amortizado el precio de la entrada. En Funaoka onsen eso no pasa porque puedes estar horas y horas pasando de frío a caliente y de dentro a fuera como si fueras un mono.

Cada vez que voy a este sitio, todo el agotamiento físico y psicológico, pequeños dolores musculares por ejemplo de espalda y el estrés acumulados por la dureza de mi vida diaria en Osaka se borran de forma casi milagrosa.

Como anécdota curiosa, destacar que en Funaoka onsen, al contrario que la mayoría de los onsen, no proporcionan jabón y champú de uso común para ducharte después del baño, con lo cual te tienes que llevar el tuyo propio. La primera vez que fui no tenía ni idea, así que opté por utilizar el champú de alguien que se estaba bañando en ese momento, y si me pillaban hacerme pasar por americano imbécil y decir que creía que el jabón era de uso común, pero por suerte el dueño del jabón no se dio cuenta, y sólo me gane la bronca de Rie; "si llega a ser el champú de un yakuza y te hubiera pillado "